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EL CAIRO: UN IMÁN EVITÓ UNA MASACRE DE
CRISTIANOS EN
LA VIGILIA DE LA NAVIDAD COPTA
El jeque Saad Askar lanzó una alerta por un micrófono, tras haber recibido señales de parte de algunos fieles. Fue fundamental el testimonio de dos estudiantes de al-Azhar. El imán invita a "permanecer cerca", cuidando a unos de otros. "Todos aquellos que pretenden atacar lugares de culto, no tienen religión".
El Cairo – "Debemos permanecer cerca, cuidar unos
de otros. Los que quieren atacar
El caso se remonta a la tarde del 5 de enero,
en la vigilia de los festejos por la Navidad copto-ortodoxa. El blanco del
ataque fue la iglesia de la Santísima Virgen María, situada en Ezbat
al-Haganah, Nasr City, un suburbio ubicado al este de la capital egipcia. Un
empleado de la mezquita Diaa al-Haq, ubicada cerca de allí, un hombre de 63
años llamado Gouda Shaaban Khalifa y el imán Askar notaron movimientos sospechosos,
en particular, a un hombre que se desplazaba llevando un paquete sospechoso.
Lo que preocupó al guardia y al imán fue el
hecho de que el hombre –según el testimonio aportado por dos estudiantes de
al-Azhar– habría escapado del área a toda carrera, luego de dejar el paquete
sospechoso en las inmediaciones del edificio. Con la intervención de la policía
se esclareció que se trataba de una valija de tamaño mediano, que en su
interior
Fuentes locales informan que el objetivo del
ataque eran los cristianos coptos, que se disponían a celebrar la Navidad. El
jeque Saad Adkar, imán de la mezquita ubicada del lado opuesto a la iglesia, advirtió
a los fieles, invitándolos a abandonar el lugar de culto. Un video que se
volvió viral en las redes sociales muestra al jeque que gritaba a través del
micrófono: "¡Quien quiera que se encuentre en la iglesia, por favor, salga
rápidamente!" El imán cuenta que él mismo se dirigió al área y pudo ver el bolso en el ingreso de la iglesia. Las fuerzas de seguridad, prosigue, "intervinieron inmediatamente" y "crearon un cordón de seguridad". Una vez desactivados los artefactos, los agentes "patrullaron la zona, buscando otros explosivos".
En una nación de casi 95 millones de personas,
en su gran mayoría musulmanas, los En vista de las fiestas, las autoridades habían elevado el nivel de alerta y reforzaron la seguridad en los lugares de culto. Uno de los objetivos más sensibles son justamente las iglesias y los edificios cristianos, que son vistos como el "eslabón débil" de la cadena y como un target "fácil" y "accesible" para los fundamentalistas. Un objetivo que, según los expertos, garantiza "amplia visibilidad" en el plano internacional.
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