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IRAK: CRISTIANOS, MUSULMANES Y LAICOS PIDEN QUE SE CONFIERA EL
NOBEL DE LA PAZ AL PATRIARCA SAKO
Bagdad – Recibir
el eventual premio "no es importante", lo que cuenta "es el valor simbólico del Personalidades religiosas, intelectuales y miembros de la sociedad civil, tanto en Irak como en el mundo, adhirieron a la iniciativa, reconociendo la obra en favor de la paz, de la convivencia, de la reconciliación del primado de la Iglesia caldea, antes como obispo y ahora como patriarca. Una tarea esencial, en una nación todavía hoy marcada por la violencia, los conflictos internos y las divisiones sectarias. La candidatura fue presentada a fines de enero por la Asociación católica L'Oeuvre d'Oriant, y fue aceptada por el comité noruego que preside la asignación del Nobel. Lo apoyan un grupo de personas, en Irak y en el mundo (sobre todo en Francia, donde el patriarca Sako creó a lo largo del tiempo fuertes lazos de amistad y colaboración con prelados y ONG, católicas y no católicas) tanto cristianas como musulmanas, que exaltan la obra en favor de la paz y de la convivencia. En particular, dentro de la comunidad musulmana, se creó un frente unido que reúne a chiíes de Najaf (en Irak) y a líderes sunitas de Jordania y del Líbano que han apoyado fuertemente la candidatura. También este es un signo de la obra de la Iglesia iraquí y de su jerarquía, que tiende un puente con las otras religiones.
"Es hermoso ver que también los musulmanes han apoyado mi candidatura –afirma
Mar Sako–. Es más, diría que son justamente ellos quienes lo hacen con mayor
vigor y esto es incluso más El 31 de enero de 2013 el entonces arzobispo de Kirkuk, Mons. Sako fue elegido como nuevo patriarca caldeo, sucediendo a Emmanuel Delly II, quien presentó su renuncia por haber alcanzado el límite de edad. Nació el 4 de julio de 1948 en Zakho, en el norte de Irak, fue ordenado sacerdote el 1 de junio de 1974. Primero como prelado, y luego como primado de la Iglesia iraquí, él muchas veces denunció el éxodo de los cristianos del país y lanzó numerosos pedidos al Ejecutivo y a las autoridades locales, para garantizar un futuro de paz, en su tierra de origen. "Nuestra esperanza es que esta candidatura complete su itinerario –subraya a AsiaNews el arzobispo de Kirkuk, Mons. Yousif Thoma Mirkis– y pueda concluirse de modo positivo". Este premio, agrega el prelado, representaría "un reconocimiento no solo a su persona, sino también a todos los cristianos de Irak y de Oriente Medio que, en estos años, siempre han luchado de manera fuerte y firme, pero al mismo tiempo, de un modo pacífico, en favor de la paz, los derechos humanos, la convivencia y el desarrollo del país".
Además, el Nobel de la Paz a Mar Sako constituye un premio en memoria "de
los mártires de la Iglesia como Mons. Rahho y otros, sacerdotes y laicos, que
han sacrificado su vida a causa de la fe". "Para los cristianos de Oriente
Medio –concluye el prelado– sería un gesto importante y significativo, porque
valoriza el sacrificio de una comunidad milenaria que eligió permanecer en su |