Vida de la parroquia de Obeck-Mbalmayo
Párroco y "buen
Pastor"
La lluvia tropical intensa
de toda la noche no ha impedido a los fieles y a tantos amigos de encontrarse de
nuevo
Mons. Joseph-Marie
Ndi-Okalla, con su benevolencia, ha querido estar presente y presidir la
ceremonia. Ha destacado los momentos esenciales de la celebración, agradeciendo
ante todo a los presentes, entre los cuales el Vicario General de la diócesis,
Mons. Marcel Minlo, el Vicario diocesano de los religiosos, el P. Jean-Baptiste
Makelandi, numerosos amigos de la ciudad de Mbalmayo y algunos llegados de Yaundé,
de la Universidad Católica, entre los cuales el P. Engelbert Meyongo, profesor en
el Departamento de Derecho Canónico y Presidente del Tribunal Eclesiástico Provincial
de Yaundé, y amigos de otras instituciones, con las cuales hay una buena
colaboración en el ámbito social y caritativo.
Mons. Ndi-Okalla los ha
agradecido por haber querido vivir en comunión esta jornada de fiesta de la Comunidad
Redemptor hominis, "a la que estimamos –ha afirmado– y queremos mucho".
El Obispo ha resaltado que
el nombramiento de Franco va situado, en este sentido, como ratificación y renovación
de una presencia de la Comunidad Redemptor hominis, a cuyo cuidado pastoral
está encomendada la parroquia. Presentando a Franco como párroco, ha recordado
también a las numerosas personas de la Comunidad que han actuado, durante años,
en el campo de la formación de los fieles laicos y de los jóvenes, en la
promoción de la
Es toda la Comunidad, ha
dicho el Obispo, la que en los años ha desarrollado su carisma en esta
parroquia, los miembros presentes y también los que han dejado esta tierra y
han vuelto a la casa del Padre, como Silvia Recchi. Dialogando con los fieles,
ha citado, a tal propósito, un refrán en lengua local que dice: "El cuello no
se queda sin los hombros".
Ha recomendado, luego, de
modo particular, una intención de oración por la justicia y la paz en Camerún.
Recordamos, en efecto, que Camerún
atraviesa un momento de gran dificultad social y política con empujes
secesionistas, también violentos, en las dos regiones anglófonas del país,
expresión de una inacabada unidad nacional, que habría debido ser realizada a
través de una efectiva descentralización (como ha sido destacado también por un
documento de la comisión "Justicia y paz" de la Conferencia Episcopal
Camerunesa, publicado en la vigilia de la celebración vivida en Obeck).
La suspensión de cada
actividad ("las ciudades muertas", como la definen), agita y preocupa al país
que ha gozado de la paz hasta ahora, pero, esta se construye solo si hay
justicia y consideración de las diversidades culturales.
Los fieles –quienes reciben
cada día mensajes e invitaciones, a través de las redes sociales, para que
mantengan la paz y rechacen la violencia–, perciben la gravedad del momento
histórico y la intención de oración del Obispo.
Los feligreses han vivido
con sobriedad y escucha un paso de entregas, que ciertamente no tenía solo una
connotación jurídica, sino que representaba una ocasión de renovación personal,
comunitaria y pastoral. Han podido comprender mejor cómo la paz y la unidad se
construyen en una profunda conversión, ante todo personal, que luego tiene una implicancia
social.
Las palabras de acogida del
vicerresponsable del Consejo Pastoral, Martin Mohma, han destacado la relación
de la
El Obispo ha pedido al nuevo
párroco nombrado que predique, y esto ha sido una ocasión, para Franco, de
rehacer el itinerario de su vocación, de su camino en la parroquia, del amor de
sus fieles, recordando también las propias oposiciones a la Gracia de Dios e
identificándose así con aquello hijo, propuesto por el Evangelio del día, quien
después de decir "no" al Padre, hace luego su voluntad.
El itinerario descrito es ya
de decenios, hecho de gozos, de sacrificios, de conversión, de amor. La fiesta
de santa Teresa del Niño Jesús ha dado ocasión de destacar esta primacía del
amor, en la función de servicio al cual Franco está llamado.
Él ha resaltado esta primacía
del amor que lo ha hecho madurar en el tiempo, y que le hace colocar de modo
nuevo también este nombramiento, y desear llevar a la parroquia hacia el
espíritu misionero que había animado a santa Teresa del Niño Jesús.
El Obispo ha expresado su
satisfacción por haber pedido a Franco el ahondamiento en la palabra del
Evangelio, y se ha detenido en el paso de párroco a pastor, en la centralidad
del amor, aspectos emergidos en la homilía, que se
El Obispo, luego, ha pedido
a Michele, en calidad de Responsable General, que presentara a Franco, antes de
proceder a la ceremonia litúrgica y jurídica del paso de entregas del párroco.
Michele no ha presentado
solo un currículum de Franco, sino su itinerario como consagrado y
miembro de la Comunidad, dirigiéndose también a los fieles, quienes han visto
madurar y también "envejecer" a Franco en medio de ellos. Este pueblo –él ha
destacado– ha comprendido y tratado de vivir con coherencia el hecho de que es
una Comunidad que trabaja en la parroquia, que la fidelidad de los miembros a
su carisma es la condición de una fecundidad apostólica; esta fidelidad, por
consiguiente, es también un asunto del pueblo, que, por eso, no se ha
escandalizado de las dificultades a veces vividas, sino que las ha compartido
junto con los gozos.
Michele ha ratificado lo que
la Comunidad ha insertado en su Estatuto, después de años de experiencia en África,
o sea, que "el pueblo constituye, para la Comunidad, el más importante recurso,
después de la gracia de Cristo", como afirma la Exhortación apostólica Ecclesia
en Africa (n.° 53) de san Juan Pablo II, que ha indicado el camino
de la parroquia en los primeros años de su fundación.
Michele ha exhortado a Franco
a seguir este itinerario pastoral y espiritual, volviendo a tomar la invitación
del Papa Francisco a saber estar delante el pueblo de Dios (para guiarlo), en
medio de él (como cercanía y escucha) y también detrás de él (para saber seguir
el sentido de su fe), a volverse cada vez más el buen Pastor, que conoce a
Michele ha donado también otros
signos: un mantel de tejido tradicional del Paraguay para la Escuela de
formación de los laicos, un candelero para la liturgia y un sostén económico
para los pobres de la Cáritas. Estos dones han sido saludados por todos
con alegría.
Michele ha recordado,
sintéticamente, las prioridades de la parroquia Sagrado Corazón de Jésus de
Ypacaraí, en el Paraguay, donde él actúa en este momento como párroco, que han sido
indicadas por el trabajo pastoral del P. Emilio Grasso: la iniciativa de Dios,
que viene a nosotros a través de su Palabra, debe estar en el centro de cada acción
eclesial; la transparencia económica; la responsabilidad de los fieles laicos; la
catequesis de los pequeños y de los jóvenes; la caridad y la pastoral de la
cultura.
Estas prioridades, con acentuaciones
locales diferentes, son y deben volverse cada vez más también las de la
parroquia de Obeck.
Michele ha hecho a Obeck un
llamado sobre todo a la apertura misionera y al espíritu universal, del cual la
Comunidad es portadora en esta parroquia en la periferia de la ciudad y del
mundo.
En el corazón quedarán
marcados para siempre el silencio atento y sediento de una palabra de vida y de
gozo de los fieles, los gritos alegres de las mujeres al final de la celebración,
la humildad de nuestro Obispo, quien, con espíritu catequizador y larga
experiencia de docente universitario, ha acogido y explicado, en su momento, a los
fieles el corazón de los acontecimientos y de lo que se venía diciendo.
Al final del discurso de
Michele, en efecto, el Obispo ha puesto en evidencia la "gramática" del carisma
de la Comunidad presentado, y ha expresado, una vez más, su deseo que estas
líneas, en el testimonio vivido de la Comunidad y de la parroquia de Obeck, sean
de ejemplo y puedan contagiar a la entera diócesis.
Al término de la
celebración, el canto tímido, pero alegre, en español, Alma misionera,
ejecutado por los jóvenes coristas, ha acogido este momento de intercambio y de
apertura con la experiencia de Ypacaraí, de la que es portador Michele, y que Franco
está llamado a llevar adelante.
Este acontecimiento ha sido
el comienzo de una semana de encuentros y de intercambios entre dos parroquias
del sur del mundo y de la Iglesia.
Como dice el Salmo 126,
yendo van y lloran, echan la semilla; volviendo con gozo, llevan el fruto del
sudor. Ha sido una jornada inolvidable para todos, construida en la fatiga y en la fidelidad diaria de la parroquia y de la Comunidad. Franco, en la humildad y en el sano orgullo, ha vivido un día de regreso a las fuentes de su vocación, de gozo y de apertura a la esperanza de todo un pueblo.
Antonietta
Cipollini
(Traducido del italiano
por Luigi Moretti)
11/10/2017
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